Por qué la carcasa de mi smartphone es verde, o para qué sirve la etnografía

Mi móvil, imposible de camuflar en casi cualquier superficie

Cuando alguien observa mi nueva carcasa, es difícil que no se sorprenda: un cuarentón, que peina abundantes canas en la barba, y con una carcasa de ese color. En la fase del ritual de las reuniones corporativas en la que se sacan los móviles a pasear – sí, justo esa fase en la que mostramos nuestros útiles de trabajo, como el Ptilonorhynchidae hace en su zona de muestra – aparece encima de la mesa un teléfono de alegre color verde.

Un pergolero con su colección de objetos azules
Un pergolero con su colección de objetos azules

Para los pergoleros, este comportamiento es sumamente adaptante: en lugar de jugarse la vida llamando la atención de los depredadores con las vistosas plumas de sus primos, las aves del paraíso, estos apasionantes paseriformes se dedican a reunir y exponer objetos de colores para atraer la atención de las parejas potenciales y al mismo tiempo no atraer la atención del depredador hambriento. Si os interesa el tema, David Attenborough lo explica con su inconfundible estilo.

Mi problema es que no suelo reunirme con pergoleros u otras aves de su familia. Imagino que mi Galaxy Note 2 habría sido un exitazo entre los pergoleros, pero no es el caso. Además, mi comportamiento (la elección de la carcasa) no es instintivo, por lo que debe responder a cierta lógica.

Y la tiene, claro. No está relacionada con la muestra de los pergoleros, sino con el diseño de las cajas negras.

Caja negra de un avión accidentado
Caja negra del vuelo Alaska Airlines Flight 261, recuperada tras el accidente

Dejaremos para mejor ocasión el origen del término caja negra, y nos contentaremos con recordar que no es como el caballo blanco de santiago. En la caja negra se registran los datos de cada vuelo para analizarlos si hay accidente, y para lograr esto el color de la caja debe destacar al máximo sobre el entorno. Imaginemos un avión sumergido, como el ejemplo.

Cuando buscaba una funda para mi móvil, mi primer impulso fue escoger una sobria funda negra, como manda el ritual en las salas de reuniones. Pero al contrastarla con esa funda verde con la que encabezo el post, no me cupo duda alguna. Después de todo, no llevo corbata a las reuniones, y si acudo a las mismas es como antropólogo. De mí se espera, entre otras cosas, que me fije y valore detalles aparentemente insignificantes y que acaban teniendo su importancia. Sí, eso que los anglosajones llaman insights y que, al contrario que muchas palabras de moda, no está compuesta de vapor sino de una proposición de valor muy real.

Mi móvil destaca en todas partes, salvo en aquellas salas de reuniones con mesas de color verde brillante. No es que vaya a estrellarme, o que me importe mucho lo que le ocurre a mi móvil si me la pego con la moto en serio. Sin embargo, sí que me importa que mi móvil no se extravíe, porque me soluciona una gran cantidad de necesidades del día a día (incluyendo la toma de notas en cualquier momento gracias a su lápiz). Aunque pueda borrar en remoto su información, incluso aunque pueda tratar de localizarlo gracias al administrador de dispositivos, la pérdida y reposición me resulta lo suficientemente molesta como para tratar de evitarla. Y de ahí el color, tanto para ayudar a mi pobre vista como para facilitar que alguien me toque en el hombro y me pregunte si ese móvil verde es mío.

¿Y de qué sirve en la sala de reuniones? Además de reforzar mi rol habitual, sirve de ejemplo. No son pocas las veces que tengo que explicar qué es eso de la etnografía, y qué beneficios ofrece. Siendo una de las más importantes la generación de insights gracias a la mirada continua sobre productos y experiencias de usuarios, en no pocas ocasiones usaba el ejemplo de Xerox, la antropóloga y las fotocopiadoras incomprensibles. Como es un poco más complicado que lo que se suele contar sobre el botón verde de fotocopiar, os lo dejo para que os lo leáis si os llama la atención.

Desde que tengo la carcasa verde, me ahorro el ejemplo de Xerox. No sólo porque es viejuno, sino sobre todo porque no es mío y no se puede tocar y contemplar con tanta facilidad como mi smartphone con carcasa verde. Y siendo tan inmediato, ayuda mucho para ilustrar las inagotables posibilidades que la etnografía ofrece para sacar a la luz tanto un valor oculto de un producto como un pain point insidioso y que fastidia la experiencia de usuario.

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