Como sabéis, una de nuestras líneas de trabajo es la discapacidad. Se trata para nosotros de una vocación tardía, pero estable: después de trabajar en proyectos relacionados con discapacidad, ni podemos ni queremos parar. Además, la inclusión de las personas con discapacidad llevaba una recta ascendente desde hace años que ahora se frena por la crisis económica. Más aún, se ponen en peligro los progresos conseguidos y es bien posible que eso se traduzca a la sociedad: lo lógico es que los ciudadanos se desensibilicen ante unos colectivos que vuelven a ser invisibles.
Traigo esto a colación por la enésima tangana inevitable que he tenido en twitter: cuando reconvengo a una persona el uso de “mongólico” como insulto, como buena española cae en el mantenella y no enmendalla y antes revienta que rectificar. Luego nos extrañamos de los espejos, digo de los políticos, que tenemos.
Espero que no os importe que no cite la fuente. Se me ha pedido así y creo que con describir la situación es más que suficiente para hacerse una idea.
Lo más interesante fue la discusión sobre si “mongólico” era o no un insulto conectado con la discapacidad. Hubo quien afirmó que “mongólico” ya no se usa en relación a las personas con síndrome de Down y, por lo tanto, es un término peyorativo que ya no se conecta con ellas. La etimología, por cierto, no deja mucho espacio para la duda: o el insulto deriva del término referente a la trisomía en el par 21, o deriva del topónimo de esa extensa región de la tierra.
Dada la falta de conexión de España y los españoles con Mongolia, la cosa está bastante clara: por más que la inclusión de las personas con discapacidad intelectual haya experimentado una mejora considerable, ni mucho menos se han desterrado las referencias peyorativas a ellos.
A ellos, o a las personas con parálisis cerebral y/o multidiscapacidad. Las vocalizaciones de una persona con parálisis cerebral con las cuerdas vocales, la mandíbula o la lengua afectadas se emplean, en triste imitación, como atajo eficaz para insultar a un tercero, calificándole… pues eso, de retrasado, limitado o lo que queramos.
Twitter es un medio público con éxito evidente en nuestros días. Es una plataforma social extremadamente efectiva a la hora de extender mensajes. Y respecto a “mongolo” o “mongólico“, refleja un uso social ni mucho menos extinto. Hice una prueba rápida y éstos fueron los resultados: Mongolo fue usado en mi muestra 11,3 veces por hora (una vez cada 5’20”) y mongólico fue usado en la misma muestra 13,41 veces por hora (una vez cada 4’30”).
La muestra es sólo de 24 horas, con lo que el histórico podría mostrarnos variaciones, pero cumple su cometido: demuestra que el uso peyorativo de “mongólico” y “mongolo” no está ni mucho menos desterrado y que hay mucho trabajo por hacer.
Mi usuario de Twitter tiene sólo 818 seguidores. Uso twitter relativamente poco, porque el ritmo de actualizaciones de twitter es muy eficaz a la hora de desconcentrarme. No podría asumir una campaña manual de ninguna de las maneras. Se me ha ocurrido que un pequeño robot que contestara de forma amable a cada mención de “mongolo” o “mongólico” podría ser un aporte significativo para luchar contra el uso peyorativo de esos términos, pero al indagar me encuentro con las buenas prácticas de twitter respecto a los mensajes automáticos.
Automated @replies and mentions
The @reply and Mention functions are intended to make communication between users easier, and automating these processes in order to reach many users is considered an abuse of the feature. If you are automatically sending @reply messages or Mentions to many users, the recipients must request or approve this action in advance. For example, sending automated @replies based on keyword searches is not permitted.
Users should also have an easy way to opt-out of your service (in addition to the requirement that all users must opt-in before receiving the messages). We review blocks and reports of spam, so you’ll need to provide a clear way for users to opt-out from your messages.
Voy a tratar de seguir indagando en busca de una solución mejor a éste problema. De hecho, os agradeceríamos mucho si aportáis alguna solución factible. En cualquier caso, el problema es que en Twitter, a día de hoy, se puede emplear “mongolo” o “mongólico” sin problemas, pero no está permitida una respuesta automática tal que así:
@fulano Por favor, no emplees la discapacidad como insulto. El español es un lenguaje muy rico a ese respecto.