Breves notas sobre la compra de Motorola Mobility a Google por parte de Lenovo

Es la noticia tecnológica del trimestre, como poco. Excepto para los avisados, es toda una sorpresa. Pero este único evento reordena el panorama tecnológico, y expone la desnudez de los que alimentan prejuicios sobre las marcas tecnológicas.

En aras de la brevedad, no entraré en detalles y cito de memoria. De memoria compartida. Cuando Google adquirió Motorola, no pocos “analistas” inopinados y residentes en la inopia hablaron con desparpajo de la mutación de Google en fabricante de dispositivos. Claro, como Apple.

El problema nacía de no entender las culturas corporativas, el core de las organizaciones o su futuro lógico. Google jamás va a dar importancia significativa a la venta de productos físicos por varios motivos:

  • Es algo condenado al fracaso si no entiendes a tus usuarios. Y los compradores de esos productos no son usuarios de Google: son productores del BIG data que Google vende a sus clientes.
  • Android sí que es central para el futuro de Google. La adquisición de Motorola era una amenaza para los otros vendors, porque temían un trato de favor que, hasta donde se sabe, nunca se produjo.

Google compró Motorola por las patentes de la empresa que inventó la telefonía móvil. Ya empezamos a olvidar que Apple y otros le lanzaban a Google un juicio por patentes una semana sí y otra también. Lo hacía siempre por intermedio de terceros, atacando a los que montaban Android y/o por medio de patent trolls. Con semejante baúl repleto de patentes, se llegó rápidamente a una situación de “¿verdad que no nos vamos a hacer daño?”, y google no tenía salida clara para Motorola.

Por otra parte, Lenovo es una organización china que empieza a ser conocida cuando comete la osadía de comprar la división de PC a IBM. A quienes inventaron el PC.

A quienes nunca se adaptaron a los cambios que el dúo wintel introdujo en el ecosistema PC, ni a la derrota en la guerra entre Windows 95 y OS/2, ese SO que pasó a una interesante categoría de mito tecnológico en ciertas subculturas techies. A esa empresa que afrontaba el final de milenio con severos problemas y que es uno de los escasos casos de éxito de reinvención completa del modelo de negocio y la identidad corporativa.

Lenovo cuidó bien de su adquisición. Como anécdota, os escribo con un thinkpad w500 de seis años, que va como la seda. Thinkpad siguió siendo la marca de referencia para equipamiento corporativo, y de hecho hoy en día es la única empresa fabricante de PC que ha experimentado crecimiento en 2013.

La pauta se repite: compran la división apropiada a quienes inventaron el PC, y hacen lo propio a los que inventaron el teléfono móvil, intermediados por un tercero. A un win-win lo lógico es que le siga otro, y aquí es evidente que todos ganan. Sobre todo, porque está el detalle adicional de que Lenovo ha tratado de entrar sin éxito en el mercado de la telefonía móvil.

Para hablar de una empresa en serio hay que conocer razonablemente su core, su identidad, su cultura. Hace falta perspectiva histórica en un campo para interpretar bien los pasos en virtud de sus precedentes. Sin ello, se corre el riesgo de entender a la empresa como lo que no es y asumir alegremente que Google se iba a dedicar a fabricar smartphones, como no pocos repitieron tan convencidos como desencaminados.

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